Nel discendere dal monte, i discepoli domandarono a Gesù: “Perché gli scribi dicono che prima deve venire Elia?”
Ed egli rispose: “Sì, verrà Elia e ristabilirà ogni cosa.
Ma io vi dico: Elia è già venuto e non l’hanno riconosciuto; anzi, l’hanno trattato come hanno voluto. Così anche il Figlio dell’uomo dovrà soffrire per opera loro”.
Allora i discepoli compresero che egli parlava di Giovanni il Battista.
IL COMMENTO
Sono molti i profeti inviati alla nostra vita. E li trattiamo come vogliamo. Elia è il precursore, colui che prepara le strade a Gesù. Incarnato in Giovanni Battista. E il nucleo della sua predicazione è la conversione e la penitenza. Sì, Elia bussa ogni giorno alla nostra vita recando il volto delle persone che incontriamo, le più vicine, in famiglia e al lavoro ad esempio. La storia che viviamo, con i suoi eventi e le sue persone, incarna ogni giorno per noi le parole del Battista. La nostra vita è una chiamata a conversione. Ogni accadimento è una parola che ci invita ad aprire le porte a Cristo. A non temere e a lasciarci amare da Lui.
Entonces los discípulos le preguntaron: "¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?".
El respondió: "Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas;
pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Y también harán padecer al Hijo del hombre".
Los discípulos comprendieron entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista.
Elia e il digiuno ; PL 14, 697-72
« Camminerà davanti a Dio con lo spirito e la forza di Elia » (Lc 1,17)
Cos'è il digiuno se non la sostanza e l'immagine del cielo ? Il digiuno è il conforto dell'anima, il cibo dello spirito, il digiuno è la vita degli angeli, il digiuno è la morte del peccato, la distruzione delle colpe, il rimedio della salvezza, la radice della grazia, il fondamento della castità. Con questa scala si giunge a Dio più velocemente ; Elia è salito con questa scala, prima di salire con il carro ; partendo verso il cielo, ha lasciato al suo discepolo questa eredità della sobria astinenza (cfr 2 R 2, 15). Con questa forza, e con questo spirito di Elia, venne Giovanni (Lc 1, 17).
Infatti, nel deserto, anche lui si dedicava al digiuno e si cibava di locuste e miele salvatico (Mt 3, 4) ; perciò colui che l'aveva spuntata sulla capacità della vita umana grazie al dominio di sè, fu considerato, non un uomo, bensì un angelo. Leggiamo a suo riguardo : « È più di un profeta. Egli è colui, da cui sta scritto : Ecco, io mando davanti a te il mio angelo che preparerà la tua via davanti a te » (Mt 1, 9-10 ; Es 23, 20). Chi mai avrebbe potuto, con una forza umana, cavallare dei cavalli di fuoco, su di un carro di fuoco, e condurre una corsa in cielo (come Elia), se non colui che aveva trasformato la natura del corpo umano con la forza del digiuno che concede l'incorruttibilità.
Obras, ed. Assemani, t.1, pág. 486
Elías en el Monte Horeb
« Pasó ante el Señor un viento huracanado, que agrietaba los montes y rompía los peñascos: en el viento no estaba el Señor» (1R 19,11). Vino después un terremoto y rayos después del huracán; Elías comprendió que tampoco allí estaba Dios. Estos fenómenos tuvieron por finalidad contener el celo, por otra parte muy loable del profeta dentro de los límites de su cargo, y enseñarle que, según los signos dados por la autoridad divina, la severidad debe ser temperada por la misericordia. Según el sentido escondido que tenían tanto los torbellinos de viento que precedían a la venida del Señor, como los temblores de tierra y los incendios atizados por los vientos eran los signos precedentes al juicio universal...
«Después del fuego se escuchó un susurro ligero.» A través de este signo Dios retuvo el celo inmoderado de Elías. Con ello le quiso decir: «Te das cuenta que no son de mi agrado ni los vientos desenfrenados, ni los horribles temblores de tierra, ni me gustan los rayos ni los relámpagos: ¿por qué no imitas la suavidad de tu Dios? ¿Por qué no aflojas un poco de este celo ardiente que tienes para ser más bien el protector más que el acusador de los hombres de tu pueblo?» El murmullo suave representa el gozo de la vida bienaventurada que será dada al justo cuando, al final de los tiempos, llegará el temible juicio general...
«Después de oír el susurro suave, Elías se cubrió el rostro con el manto y salió a la entrada de la gruta. Una voz le preguntó: '¿qué te trae por aquí, Elías?' contestó: 'Mi pasión por el Señor Dios de los Ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza'». El profeta se mantuvo a la entrada de la gruta sin atreverse a acercarse a Dios que venía, se cubrió el rostro pensando que era indigno de ver a Dios... Y sin embargo tenía delante de los ojos un signo de la clemencia divina y, lo que debería haberle afectado todavía más, hacía en su propia persona la experiencia de la bondad maravillosa de Dios en las palabras que él le dirigió. ¿Quién no sería seducido por la benevolencia de una majestad tan grande, por una pregunta tan suave: «¿Qué te trae por aquí, Elías?».
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